Ponencia del expresidente Guillermo Lasso ante estudiantes de la Universidad de Tsinghua – Beijing

“Ecuador y China. El éxito de la diplomacia presidencial” Es un honor ser recibido en la centenaria Universidad de Tsinghua, sin duda la más importante del Asia y una de las mejores del mundo, por sus logros académicos y su riguroso espíritu científico. Su premisa de “capacitar talentos honestos” está más vigente que nunca, ante […]

“Ecuador y China. El éxito de la diplomacia presidencial”

Es un honor ser recibido en la centenaria Universidad de Tsinghua, sin duda la más importante del Asia y una de las mejores del mundo, por sus logros académicos y su riguroso espíritu científico. Su premisa de “capacitar talentos honestos” está más vigente que nunca, ante un entorno internacional que demanda mentes brillantes que trabajen por la paz y la prosperidad.

Deseo comenzar con un mensaje de felicitación por los 75 años de fundación de la República Popular China. Este gran país ha mostrado al mundo el éxito logrado en los últimos 40 años. La China de hoy se encuentra en una situación muy diferente, con rápido desarrollo económico y estabilidad social de largo plazo. Ha pasado de un periodo de crecimiento de alta velocidad a una etapa de crecimiento de alta calidad, basada en la tecnología y en la innovación.

China es la segunda economía más grande del mundo contribuyendo con un 25 por ciento del crecimiento económico global y registra un crecimiento anual promedio del 7,9 por ciento.

El proceso de profundización integral de la reforma y apertura de China, que abre más expectativas de cooperación de calidad para los países en desarrollo e impulsa internacionalmente la promoción de la economía de mercado, brindará nuevas oportunidades a las empresas extranjeras mejorando el entorno de negocios.

Las lecciones que nos dejó la pandemia fueron contundentes. China ha propuesto alternativas de gran profundidad que aportan a la gobernanza global, a través de sus “Iniciativas” para nuevos sistemas de cooperación internacional con los países en desarrollo, así como en materia de seguridad y para la convivencia armónica entre civilizaciones.

He visitado China en dos ocasiones. La primera fue en 1994, como empresario, cuando acompañé en una visita al entonces presidente ecuatoriano Sixto Durán Ballén, y la segunda ocurrió en febrero de 2022, cuando asistí, en mi calidad de presidente del Ecuador, a la histórica ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022 y me reuní, en formato bilateral, con el presidente Xi Jinping.

En dicha ocasión, ambos jefes de estado emitimos un comunicado de particular relevancia en el cual China subraya “la actitud de apertura del Ecuador al mundo, bajo los ideales del derecho internacional, los principios democráticos, los derechos humanos, el libre comercio, el multilateralismo y el fortalecimiento de la cooperación internacional”; y Ecuador reafirma su adhesión al principio de una sola China, así como el impulso a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de alta calidad y que beneficie a ambas partes.

Coincidimos en que lo mejor para nuestros países son las buenas ideas, más que las ideologías y, en esa línea de pragmatismo, afianzamos una gran empatía que permitió implementar una activa agenda diplomática con resultados inéditos en la relación bilateral.

Parte sustantiva del libro de mi autoría, 900 Días: Democracia y Resultados, la dedico a profundizar la relación con China, y de manera especial a un hecho de gran relevancia: el oportuno suministro de vacunas para contener la pandemia de la COVID19. He reiterado, en los más importantes foros internacionales y académicos, mi gratitud imperecedera al presidente Xi. Estamos orgullosos de haber sido nosotros, como gobierno, quienes sacamos al país de esa crítica situación y salvamos la vida de millones de ecuatorianos, gracias, en gran parte, al apoyo de China.

Este libro, cuya presentación agradezco a la Universidad de Tsinghua, es más que un ejercicio de compendio de importantes hitos cumplidos en lo internacional, social, comercial, ambiental, seguridad y defensa. Se trata de un compromiso ético con los ciudadanos de mi país y con la comunidad internacional para conectarnos con el mundo y presentar un testimonio personal de apego a la libertad, a la democracia y al Estado de Derecho. Aspiro a que se constituya en una fuente de análisis y reflexión para investigadores y tanques de pensamiento sobre cómo poner a salvo la democracia en situaciones similares de crisis política e institucional.

América Latina lucha contra enemigos comunes como el narcotráfico, el tráfico de personas, la minería ilegal y la corrupción. El crimen transnacional organizado se ha tomado instancias de la sociedad y de la política latinoamericana, y afecta a lo más sensible de la democracia y del estado de derecho. La violencia y la inseguridad económica están llevando a una ola migratoria nunca vista en toda la región.

Henry Kissinger, el “viejo amigo” de China, afirmaba que “La política es la búsqueda de la estabilidad en un mundo en constante cambio”. América Latina, en efecto, atraviesa una etapa de profundos cambios y desafíos. La lucha contra la pobreza, el combate al cambio climático, el fortalecimiento de las instituciones democráticas, la reforma del estado, la defensa de la sociedad abierta y la consolidación de la economía de mercado son objetivos que deben marcar el rumbo del futuro de nuestra región y China puede ejercer un valioso rol.

El presidente Xi Jinping y el canciller Wang Yi han señalado, al cumplirse el décimo aniversario del establecimiento del Foro China-CELAC, que esta asociación ha logrado un vigoroso desarrollo de su cooperación en diversos ámbitos, caracterizada por la apertura y la integración regional de América Latina y el Caribe. Algo que nos identifica es que nuestros países, al igual que China, gravitamos en el mundo en desarrollo.

En la última década, la economía de este país ha crecido a pasos agigantados, con una economía más ecológica y eficiente. Los esfuerzos de China en innovación científica y tecnológica tendrían un incuestionable efecto catalizador en cuanto a la calidad de la cooperación de China con los países en vías de desarrollo. Este es un rol que lo considero estratégico y crucial en el futuro con América Latina.

Otro reto es cómo conectarnos para contribuir a la generación de modelos eficientes y sostenibles de participación de las empresas chinas en asociaciones público-privadas u otras formas de inversión, proponer políticas para la reducción de barreras comerciales, armonización de las disposiciones de los acuerdos comerciales y procedimientos aduaneros.

Queridos amigos. La erradicación de la pobreza extrema fue una de las grandes metas cumplidas por China, y esta experiencia histórica podría ser uno de los roles sustantivos de cooperación con América Latina en una agenda conjunta que mire hacia el futuro compartido.

En este punto, quiero referirme a un aspecto directamente vinculado con la pobreza: la desnutrición infantil, que tiene efectos devastadores sobre la vida de millones de niños en nuestra región, que formó parte de las prioridades de mi gobierno y que quiero compartir hoy con ustedes. En efecto, logramos que la desnutrición crónica infantil se redujera en 3,5 puntos con lo cual, más 20 mil niños, menores de dos años, quedaron libres de sufrir este padecimiento que les habría afectado de por vida. La Unión Europea reconoció este exitoso modelo de política pública y asignará mil millones de euros para proyectos de conservación. China podría incorporarse activamente en este desafío regional.

El compromiso con el ambiente y la lucha contra el cambio climático de China es otro vector para una agenda sustantiva con nuestra región. Aquí, quiero mencionar un exitoso modelo de mi gobierno, que también podría ser un referente en esta dirección y amplificarse regionalmente con la presencia de China: Durante mi administración alcanzamos el canje de deuda por conservación más importante de la historia del mundo.

Le ahorramos al Ecuador 1100 millones de dólares en el pago de la deuda pública y garantizamos una inversión de 450 millones para la protección de las islas Galápagos. Ampliamos nuestra reserva marina en 60.000 km cuadrados más con lo cual, hoy, el Ecuador tiene una protección alrededor de las islas Galápagos de 198.000 km cuadrados llamada Reserva Marina Hermandad. Definimos un biocorredor amazónico de 2 millones de hectáreas de territorio para proteger el agua, la fauna y la flora de la Amazonia.

En momentos en los que el mundo enfrenta graves conflictos de alta intensidad, era imperativo proyectar una política exterior en la que el Ecuador se relacione, en función de sus intereses legítimos, con toda la comunidad internacional a través de una orientación soberana, dispuesta a dialogar en todos los espacios y foros bilaterales o multilaterales. Hemos sostenido una actitud abierta como miembros electos del Consejo de Seguridad para trabajar conjuntamente en la promoción de los valores de la paz y el respeto del derecho internacional.

Como expresidente de la República promoví activamente una diplomacia de paz y la solución pacífica de las controversias, la defensa de los derechos humanos y el derecho internacional, el combate al narcotráfico, a la delincuencia organizada transnacional y al tráfico de armas; así como el respeto irrestricto de los propósitos de la Carta de la ONU, especialmente el de no recurrir al uso de la fuerza contra la integridad territorial o la independencia política de cualquier Estado.

Condenamos con firmeza el terrorismo, que constituye una grave amenaza para la comunidad internacional, cualquiera que sea su forma o manifestación, propósito u origen, y lo hemos hecho especialmente en el ámbito del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en nuestra calidad de miembro no permanente, estatus que lo obtuvimos durante mi administración con 190 de 192 votos.

Nuestra contribución se enmarcó en una profunda convicción por la paz, los valores de la democracia, los derechos humanos, la libertad y el desarrollo. Considero que la cooperación integral y el multilateralismo son esenciales para el fortalecimiento de las democracias y es urgente una acción global, basada en un multilateralismo fuerte y renovado.

Hemos reiterado nuestro compromiso con el desarrollo sostenible, inclusivo y resiliente; con la eliminación de la pobreza y la reducción de las desigualdades.

En el ámbito bilateral, desplegamos una potente agenda de política exterior cuyos resultados fueron alcanzados, cito las palabras del presidente Xi, “sin condiciones de ninguna índole” y como corolario de una relación política sólida, basada en el respeto y en el ejercicio de la diplomacia presidencial.

La entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio, que fue negociado y suscrito durante mi gobierno, es un logro único en la historia económica, en la diplomacia comercial y en la política exterior del Ecuador. Es el cuarto acuerdo de esta naturaleza en América Latina, después de Costa Rica, Chile y Perú, y el vigésimo séptimo en el mundo. Es una gran noticia en materia de empleo, crecimiento económico y comercio; y es un reto de ambos países para potenciar capacidades productivas, logísticas, comerciales y financieras que faciliten hacer negocios con China, en un encadenamiento de equidad y sostenibilidad ambiental.

Las exportaciones al mercado chino podrían incrementarse en un promedio anual del 8,4% hasta 2030, mientras que las importaciones lo harían en 7,8%. Dicha expansión comercial tendría un impacto de 0,5% adicional en el crecimiento económico hasta 2030. El mayor dinamismo económico implicaría más oportunidades de empleo e ingresos para las empresas.

El acuerdo comercial contempla el acceso preferencial para alrededor del 99,6% de los productos de alta gama que conforman la oferta exportable del Ecuador, liderada por el camarón congelado, considerado “premium” en el mercado chino, así como para nuevos productos. Prevé la eliminación de las barreras arancelarias a la exportación y la simplificación de las medidas sanitarias, técnicas y administrativas, lo cual potenciará las ventas a uno de los mercados más grandes y dinámicos del mundo.

Tenemos especial interés en escuchar a docentes e investigadores de la Universidad de Tsinghua sobre posibles modelos de operación que permitan generar, dentro de este ecosistema, una suerte de disparador de inversión china en e-commerce, hidrocarburos, minería, telecomunicaciones, energía verde, conectividad, logística e infraestructura.

Queridos amigos. Para finalizar, renuevo mi gratitud a la Universidad de Tsinghua por haberme recibido el día de hoy para compartir con ustedes algunas breves reflexiones sobre el futuro de las relaciones entre nuestras naciones, que las continuaré vigorizando como expresidente del Ecuador.

Deseo a cada uno de ustedes salud y prosperidad en esta histórica celebración por los 75 años de fundación de la República Popular China, y formulo votos por el fortalecimiento de los tradicionales lazos de amistad y de cooperación que felizmente nos vinculan.

¡Muchas gracias!