«Vamos a volver a nuestras raíces (…) en una alianza estrecha con la ciudadanía»

El expresidente Guillermo Lasso Mendoza dio un discurso en la Convención Nacional del Movimiento CREO, que se realizó en Quito. En el evento, se presentaron al binomio presidencial y a los candidatos a la Asamblea Nacional y Parlamento Andino. PRIMERA PARTE: EL NACIMIENTO Estimados amigos: Me siento contento y optimista por estar presente en este […]

El expresidente Guillermo Lasso Mendoza dio un discurso en la Convención Nacional del Movimiento CREO, que se realizó en Quito. En el evento, se presentaron al binomio presidencial y a los candidatos a la Asamblea Nacional y Parlamento Andino.

PRIMERA PARTE: EL NACIMIENTO

Estimados amigos:

Me siento contento y optimista por estar presente en este gran encuentro nacional de candidatos de CREO, un movimiento político que este 7 de octubre cumplirá 13 años de lucha por los intereses de los ecuatorianos.

Me enorgullece y me llena de esperanza la presencia de ustedes, hombres y mujeres valientes y decididos a servir a nuestro país con honestidad e inteligencia.

Cuando hace 13 años pensábamos en el futuro, teníamos la certeza de llegar a este día, con ustedes haciendo un relevo generacional, de ideas y de sueños.

Iniciamos esta propuesta política con mi gran amigo César Monge y otros hombres y mujeres honestos y buenos. Lo hicimos porque vimos que el Ecuador estaba expuesto a la demolición de su joven democracia.

Es muy cierto cuando se dice que yo dejé el escritorio del banquero y salí a la calle a hacer política. Era necesario y urgente ante las circunstancias.

Así, le planteamos al Ecuador una nueva propuesta política, ética y democrática que respetara las leyes, la independencia de funciones, las instituciones públicas, la libertad de expresión, el derecho a emprender, a heredar a nuestros hijos lo que por justicia merecen sobre la base de nuestro trabajo honrado.

Con César Monge nos propusimos representar el interés de los ciudadanos, y hacerle frente a un gobierno que pretendía perennizarse en el poder.

Fue una etapa de nuestras vidas en las que debimos luchar contra un proyecto autoritario, corrupto, persecutor, que anhelaba la reelección indefinida para eternizarse en el poder.

Luchamos en las calles, en las plazas, en cada ciudad del Ecuador enfrentando y asumiendo riesgos no solo físicos, para levantar la voz de los ciudadanos que decían:

No queremos que los políticos se queden toda la vida en el poder”.

Nuestra propuesta siempre ha pretendido que los ciudadanos sean los que se expresen y nosotros, el movimiento CREO, seamos un vehículo para que opinen y decidan.

En el año 2014, exigimos una consulta popular para que la sociedad tuviera la última palabra sobre la inaceptable reelección indefinida.

Como ninguna lucha es fácil, de manera irregular aprobaron una reforma constitucional que les dio vía libre a su ansiado propósito de tener al Ecuador bajo su control.

Pero nosotros no nos cansamos y el Ecuador llegó al 2018 con una consulta popular en la que los ciudadanos nos dieron la razón: no querían reelección indefinida y su decisión fue desmontar el proyecto despótico que era parte de una corriente que se extendía por América Latina.

Así nació y se consolidó la primera etapa de CREO. Nos convertimos en la voz de los olvidados, nos convertimos en la voz de las clases medias, de las mujeres que habían sido excluidas, de los jóvenes sin oportunidades

Y, sobre todo, durante nuestra primera etapa, nos convertimos en la voz de la indignación. La voz del ya basta, la voz que luchó en contra del autoritarismo y la prepotencia.

2. SEGUNDA PARTE GOBERNAR

En 2021, empezó la segunda etapa de nuestro movimiento. Derrotamos al proyecto autoritario en las urnas. Nuestro triunfo fue contundente y esta vez,  tuvieron que aceptar los resultados.

Al inicio de mi Gobierno, la casta política autoritaria, y sus cómplices que han mandado desde las sombras, buscaron un acuerdo que les permitiera continuar con sus planes de corrupción e impunidad a cambio de darnos gobernabilidad.

Me negué a tamaña pretensión. Yo tenía la obligación moral de poner por delante al país, pero esa decisión ética de la que no tengo ningún arrepentimiento, implicó que gobernara dos años y medio soportando cuatro intentos de destitución, cinco revocatorias de mandato, un acoso permanente y el boicot a mi gobierno.    

El 17 de mayo de 2023, frente al pensamiento de los funcionarios más cercanos a mi gobierno, que me decían que teníamos los votos suficientes para no ser censurados en la Asamblea, les dije no amigos, no porque nuevamente el tentáculo de los políticos corruptos se hará presente para apoderarse del Estado.

Lo único que cabía para esos asambleístas corruptos, que convirtieron a la Asamblea en la peor de la historia del Ecuador, era poner en funcionamiento una máquina registradora que les dijera cuánto dinero iban ganar con este negocio político.

A mí el pueblo me eligió para terminar con la corrupción. No para legalizarla como pretendían los partidos y movimientos de esa nefasta Asamblea

Por eso les dije que no. Por eso decidí disolver la Asamblea Nacional, por encima de mi propio interés de permanecer en el poder. Porque era la única manera de defender el interés del Ecuador.    

Debía actuar con lealtad con mi pueblo y así como recibí un país en democracia, lo entregué en democracia. El poder que el pueblo me dio en las urnas se lo devolví para que pudiera elegir a sus nuevas autoridades.

Más de una vez he dicho y no me voy a cansar de repetirlo, que ser presidente del Ecuador ha sido el honor más grande que me han dado la vida y la sociedad ecuatoriana. Así que yo me propuse tener una administración respetuosa con los recursos públicos.

Nada del Estado es propiedad de un funcionario, nada les pertenece, ténganlo claro porque más de uno se ha perdido en las mieles que brinda el poder.

Nosotros tuvimos un código de ética para actuar. Prohibimos la contratación pública con parientes de funcionarios del gobierno, prohibimos el uso de activos del gobierno para fines de carácter personal.

Ningún pariente mío contrató con el Estado durante el tiempo en que yo fui presidente. ¡Ni uno!

Jamás cobré un centavo de viáticos cuando viajaba al exterior. Y los hoteles a los que yo llegaba, los pagaba de mi propio bolsillo. Doné mi sueldo. Cuidé el dinero público, porque yo entendía que no es posible tener un gobierno rico con un pueblo pobre.

Es lo mínimo que la decencia exige y hoy tengo el orgullo de decirles que salí por la puerta ancha, por la misma puerta que ustedes me permitieron entrar. Salí para entregar democráticamente el poder.

Yo no soy un hombre importante para la política. No lo soy, porque conmigo no es posible negociar ningún amarre, boicot, conspiración, ganancias o cosas parecidas.

Yo no hablo con esa casta política que sueña con llegar al poder para enriquecerse o lavarse la cara con impunidad.

No me presto para ninguna jugada. Y tengo el orgullo de decir que sigo manteniendo esa categoría de aquel que representa a los ciudadanos.    

Querido Francesco, querida Blanquita, los corazones valientes como los de ustedes que quieren levantar el tricolor patrio para defender el interés de los ciudadanos y del pueblo ecuatoriano, son más necesarios que nunca.

Yo no espero que hagan de su campaña una defensa de mi gobierno, por el contrario, quiero que promuevan el suyo. Sin embargo, es importante decir con orgullo que en tan sólo 900 días de gobierno dimos todo y más por el bien de la gente del Ecuador.

Podemos hablar de muchas cosas, de hospitales, carreteras, unidades educativas, podemos hablar de la apertura económica con el tratado de libre comercio con China, con Corea del Sur, con Costa Rica; pero lo más importante es hablar de las vidas de los ciudadanos que salvó nuestro gobierno en un ejercicio transparente y eficaz que dejó asombrado al mundo.

En tan sólo 100 días logramos vacunar, con dos dosis, al 53% de la población. Juntos, convertimos a nuestro país en el primero del mundo en velocidad de vacunación por encima de los países desarrollados de Europa, Asia y Estados Unidos.

¿De qué sirve todo lo demás si no tenemos vida? ¿De qué sirven las 27 escuelas y los cuatro hospitales que construimos?

Nosotros también construimos viviendas para los más pobres, para las mujeres que cumplen la función de padre y madre en su familia. Para ellas, más de 30.000 soluciones habitacionales y más de 700 millones de dólares en créditos a muy bajas tasas de interés.

Declaramos, por primera vez en la historia del Ecuador, la lucha contra la desnutrición crónica infantil como una política de Estado.

Sientan el orgullo de decir que fue en un gobierno de CREO cuando se redujo 3,5 puntos porcentuales la desnutrición y evitamos que 20.000 niños menores de dos años sufrieran este padecimiento.

En nuestro Gobierno se homologaron las remuneraciones de 110.000 docentes y contratamos a 4.200 nuevos profesores para que educaran a nuestros niños.

Nosotros, escuchando la voz de los jóvenes que buscaban una oportunidad de estudio, eliminamos el examen de la Senescyt, les dimos autonomía a las universidades y logramos un aumento histórico de cupos universitarios en un 55%.

Creemos en el potencial que tienen los jóvenes cuando acceden al conocimiento, en la posibilidad de que ellos se conviertan en los grandes administradores del Estado, en los creadores de empleo, en los impulsores del desarrollo. Por eso, hicimos estos cambios profundos en la educación superior, son cambios positivos para la vida del Ecuador.

Como es lógico, elevamos a 1.300 millones el presupuesto de las universidades, repotenciamos cinco institutos tecnológicos, construimos cuatro más, y entregamos 30.000 becas y ayudas económicas para que los ecuatorianos pudieran tener un título de tercer nivel.

El sueño de muchos padres, de que sus hijos alcanzaran una carrera universitaria, lo hicimos realidad.

Por esos mismos jóvenes y por los niños y adolescentes pusimos en marcha el programa “Hincha de mi barrio” para que sea el deporte un distractor saludable que les diera dignidad en su crecimiento y los mantuviera alejados de la violencia y de las drogas.

Por ellos también hicimos que el “Teatro del barrio” llegara a lugares empobrecidos y olvidados, que las iniciativas culturales salieran de las propias comunidades, que los artistas locales tuvieran una oportunidad para que sus creaciones se subieran a un escenario.

La realidad educa. Hoy las ideologías sólo sirven para dividir a la gente. Nuestra obligación es servir a todos con las mejores ideas que tengamos a nuestra disposición

Fíjense la paradoja, siendo un gobierno “supuestamente” de derecha, hicimos la inversión social más alta de la historia del Ecuador: invertimos 15.000 millones de dólares en un año en resguardo de los ciudadanos más vulnerables. Los recursos de la gente fueron para salud, educación, bienestar, vivienda y trabajo, y por supuesto para bonos con los que protegimos a 1.4 millones de personas.    

Y como nunca desde que el país se dolarizó, un Gobierno subió 25 dólares, por año, al salario básico unificado. Nosotros lo hicimos porque fue nuestro compromiso en campaña y porque era justo para miles de personas que viven con su sueldo básico.

Precisamente pensando en los ciudadanos que requieren la protección del Estado, también apoyamos a los recicladores para que su trabajo certificado, que cuida el ambiente, sea reconocido como una profesión. Beneficiamos a por lo menos 20.000 familias por quienes creamos el impuesto de 2 centavos a las botellas plásticas. Consideramos a esta una forma de reconocimiento digno y justo por el gran trabajo que hacen en bien de la naturaleza.

Nosotros, con nuestra conciencia verde, con nuestro absoluto convencimiento de que debemos cuidar la casa grande, la casa de todos, hicimos el mayor canje de deuda por conservación que se haya hecho en la historia de la humanidad y que para el Ecuador, implicó un ahorro de 1.000 millones de dólares de deuda pública.

Tuvimos una política ambiental poderosa. Creamos el biocorredor amazónico que preserva dos millones de hectáreas de bosque y agua, y ampliamos a 198,000 kilómetros cuadrados la zona de protección del mar de las Galápagos.

Logramos un crecimiento económico histórico de 9,8% en 2021 y 6,2% en 2022. Además, reducimos la deuda pública del 61% al 50% del PIB y renegociamos la deuda con China, obteniendo un alivio financiero de 1.400 millones hasta 2025. Pagamos 5.000 millones en deudas heredadas, y estuvimos al día en las asignaciones con los municipios y prefecturas.

Dimos grandes pasos para recuperar nuestro país después de la debacle provocada por la pandemia y del saqueo de miles de millones de dólares al Estado por políticos corruptos.     

¿Mi gobierno acertó en todo? No, obvio que no. Claro que cometimos errores, claro que tuvimos malos funcionarios, pero eso no nos definió como gobierno. A nuestro gobierno lo definió salvar la vida de los ecuatorianos con la vacunación contra el COVID19 y salvar nuestra democracia de la casta política que quería asaltar la presidencia de la República y recuperar el control total del Estado.

Estimados amigos:

Que no les quede duda que intentaron un juicio político porque les resultaba incómodo. Fui una piedra en el zapato, porque incautamos 580 toneladas de droga, porque deshicimos el negociado de seguros Sucre, porque renegociamos los contratos petroleros, porque no cedimos a pactar con la impunidad y la corrupción.

Estoy seguro de que el próximo gobierno, liderado por Francesco Tabacci y Blanquita Sacancela, pondrá la vara aún más alta

Pueden tener la seguridad de que el primer Gobierno de CREO estuvo a la altura de las circunstancias políticas, sociales y económicas de ese momento, y sepan que este amigo de ustedes, todas las noches puede dormir con la conciencia tranquila.

TERCERA PARTE: EL PRESENTE Y LOS CANDIDATOS

Ahora, quiero hablarles de otro acierto de CREO, y que, como dije anteriormente, da inicio a una nueva etapa en nuestro movimiento. Vamos a volver a nuestros orígenes. Vamos a impulsar la transformación de nuestro país en una alianza estrecha y profunda con la ciudadanía.

¡Y quienes mejor que Francesco y Blanquita para representarnos en esta nueva etapa!

Estoy seguro de que Francesco Tabacchi no nos va a defraudar. Que va a defender, como nosotros defendimos, el interés de los ciudadanos y que no va a pactar con los malos políticos de este país, con aquellos que hoy representan los intereses de la minería ilegal, aunque públicamente digan lo contrario; con aquellos que quieren tener negocios monopólicos con el Estado, con aquellos que sueñan con el control de puertos o aeropuertos.

Francesco:

Tú conoces las condiciones de pobreza que vive el Ecuador, tanto como el camino para aprovechar sus potencialidades que permitan suplir las deficiencias en desnutrición, en déficit de vivienda, en empleo, en seguridad y educación. 

Sabes que tenemos petróleo y capacidad de generación eléctrica. Sabes que tenemos minería, agricultura y ganadería para salir adelante. Sabes la lucha que se debe hacer.

Yo estaré a tu lado, si así lo decides, siempre apoyándote.

Tú sabes lo importante que es trabajar por servicios públicos que cubran la necesidad de los ciudadanos. Trabajar por reabrir las escuelas rurales, luchar por las mujeres ecuatorianas, aquellas que viven en situación de violencia, por quienes creamos el Ministerio de la Mujer y Derechos Humanos para protegerlas.

Tú sabes, Francesco, lo importante que es la clase media. Tenemos que apoyar a la mediana empresa, como lo hicimos en nuestro gobierno con los créditos de Banecuador al 1% de interés y a 30 años plazo.

Tú sabes que es importante la vida de un artesano, de un carpintero, de una señora que, con su puesto de venta en uno de los parques de este país, sostiene a sus hijos para que logren en su vida lo que ella no pudo en materia de educación.

Francesco, tenemos que escuchar más a los ciudadanos.

En tiempos de desafíos políticos y sociales, es fundamental recordar que la esencia misma de la democracia radica en la participación activa de sus ciudadanos.

Cuando surgen problemas dentro de un sistema democrático, la solución no se encuentra en la restricción de libertades o en la autorregulación de los poderes, sino en el fortalecimiento de las instituciones democráticas.

Más democracia implica fomentar un debate abierto, garantizar el acceso a la información y promover la educación cívica, elementos clave para que los ciudadanos puedan ejercer su derecho a la voz y al voto de manera informada y responsable.

Además, una mayor participación ciudadana en el proceso político no solo enriquece la toma de decisiones, sino que también mejora la rendición de cuentas y la transparencia.

Por lo tanto, en lugar de ceder ante el desánimo o la apatía, debemos abogar por la profundización de la democracia, facilitando espacios para el diálogo, la inclusión y el respeto a la diversidad de opiniones.

Cada voto cuenta y cada voz importa; al fomentar un entorno donde se escuchen y consideren todas las perspectivas, debemos contribuir a forjar una democracia más robusta, resiliente y justa.

Francesco, Blanquita, queridos candidatos, no se olviden que los problemas de la democracia, sólo se arreglan con más democracia.

Por esa democracia, Blanquita Sacancela hoy es parte del binomio presidencial. Ella fue fundadora de CREO, fue asambleísta y hoy, con apenas 38 años, es precandidata a la vicepresidencia de la República.

Una mujer talentosa, madre de dos niños, casada, que viene de las parroquias rurales de Quito. Emprendedora, inteligente, que nos llena de orgullo y esperanza.

Blanquita ha sido esencial en la construcción de CREO. Ella militó por una forma distinta de hacer política, desde la decencia, desde la honestidad y desde el profundo compromiso con nuestro pueblo.

Parte de nuestra lucha ha sido que CREO no sea un movimiento de alquiler.

CREO no nació solamente para que Guillermo Lasso llegara a la presidencia. Este es un movimiento político de verdad, de aquí han surgido los candidatos presidenciales, a la Asamblea Nacional y al Parlamento Andino. Este movimiento no se alquila ni se vende.

Este movimiento es de ustedes para que actúen con dignidad frente a la política. Es un movimiento ciudadano, de la gente que quiere que el país crezca y cambie con decencia.

Sean bienvenidos a esta nueva etapa del movimiento CREO.

Hoy empieza un relevo generacional con gente decente y emprendedora que también ama al Ecuador en libertad y en democracia.

Miremos hacia adelante, con entusiasmo, valentía, y optimismo porque el país nos necesita.

Muchas gracias.